sábado, 3 de enero de 2009

Hierro en los pulmones

Una ventosa de hierro se le ha pegado al pulmón y no la deja caminar últimamente.
Una tortuga sin sosiego pierde su razón de ser y, por eso, estos días se siente más mapache.
Un pulpo de hierro se le incrusta entre los pulmones y le produce algo como la ansiedad.
Los ojos y la boca se le agachan mientras repasa el calendario, mientras se enfada con los pronósticos ilusorios que luego no se cumplen y se frustra por esa desconexión espacial que esperaba y todavía no ha llegado.

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