A paso tardo ha pasado su primer día, pero, sin embargo, con esa ansiedad que a veces le atosiga cuando se empeña en estructurar el tiempo a su medida.
Pretendía ahorrar minutos con esa noche despierta y ahora se da cuenta de su inutilidad. Si a veces se diera a ella la misma paciencia que le da al mundo, todo lo resultaría mucho más fácil.
Ahora piensa todavía un poquito y babosea lo que le sale, pero ya mañana va a ser más disciplinada en sus difusiones para que sus cuadernos le salgan más transparentes y cómodos (por si acaso alguien se asomara)
martes, 30 de diciembre de 2008
lunes, 29 de diciembre de 2008
Cuadernos de Tortuga
Que se escriben lentamente, asomando la cabeza poco a poco...y siempre con ojillos de sorpresa agachados (como si tuvieran sueño)
Hmmm, lo que tienen las ansiedades vitales.
Una noche de desvele que nadie quería salir a jugar, Calila se agarró a una tecla y a su ambición de difusa de escribir un cuento largo algún día. Un desayuno a la madrugada, unas búsquedas para matar el rato y un pelín de desasosiego ("todo fluye", pero a mí se me escapa. El mundo es tan difuso y dilatado que lo veo pasar por delante, pensándolo tanto que no lo llego a tocar)
De pronto, vislumbre de experimento práctico gracias al insomnio: salir del caparazón y empezar a contar algo, aunque sea despacito, sin camino ni ritmo monótono, haciendo pausas de vez en cuando para palpar el entorno y remediar sus despistes.
-Buenos días, señora tortuga.
Hmmm, lo que tienen las ansiedades vitales.
Una noche de desvele que nadie quería salir a jugar, Calila se agarró a una tecla y a su ambición de difusa de escribir un cuento largo algún día. Un desayuno a la madrugada, unas búsquedas para matar el rato y un pelín de desasosiego ("todo fluye", pero a mí se me escapa. El mundo es tan difuso y dilatado que lo veo pasar por delante, pensándolo tanto que no lo llego a tocar)
De pronto, vislumbre de experimento práctico gracias al insomnio: salir del caparazón y empezar a contar algo, aunque sea despacito, sin camino ni ritmo monótono, haciendo pausas de vez en cuando para palpar el entorno y remediar sus despistes.
-Buenos días, señora tortuga.
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